San Alberto Magno

Alberto Magno inicia su vida en Laingen, Alemania entre los años 1193. Es un santo de múltiples facetas para la iglesia católica, pues tuvo formación en los ámbitos científicos, teólogos, misticos, fue fraile, obispo y considerado como doctor de la Iglesia.

San Alberto creció en Laingen que pertenecia a la diócesis de Augsburgo. Cuando era pequeño fue enviado a estudiar a la Universidad de Padua, donde se hizo uy amigo del famoso beato Jordán de Sajonia.

Luego de su formación académica, Alberto Magno entró en la Orden de Predicadores en año 1223, para realizar estudios eclesiásticos en Colonia y París, en Alemania y Francia, respectivamente

Alberto Magno tuvo una vida de vocación docente, pues inicio su pedagogía formativa en el convento de Colonia. Alberto también fungió de maestro en París, Hildesheim, Friburgo de Brisgovia, en Ratisbona, Estrasburgo, y de nuevo en Colonia.

Su vocación de maestro hizo que en el año 1244 tenga de discípulo a al futuro santo, Tomás de Aquino.

Luego de esas experiencias, Alberto Magno regresa a París para dar lecciones de alcance europeo y conseguir, con mucho honor, el reconocimiento y título de maestro en teología  en el año 1246.

Alberto Magno regenta el nuevo Estudio General (facultad teológica privada) y, además, tiene una gran labor de escritor con sus obras que alcanzaban un enorme conocimiento, un basto intelecto en todos sus documentos fisolóficos y teológicos, siendo también un estudioso de la naturaleza.

Algunas otras de las características de Alberto Magno fue su inspiración y su apertura a conocer autores no cristianos como paganos y musulmanes, asi como sus sublimes escritos misticos ¡Un santo universal sin duda alguna!

Luego de un tiempo, San Alberto Magno fue nombrado obispo de Ratisbona, un cargo que no le agradó mucho, pero con el que tuvo un éxito brillante.

San Alberto Magno muere † en el año 1280, un 15 de noviembre, fecha que se lo recuerda y sus restos descansan en Colonia, en la iglesia de San Andrés. 

Oh San Alberto, grande como el amor de Cristo. Ayúdanos a caminar a tu lado en la viña del Señor. Condúcenos por senderos de verdad y de rectitud.

Convierte este espíritu débil en un espíritu fuerte y con ganas de luchar y servir a los pobres y necesitados del mundo. A través de ti, pedimos a Jesucristo, nuestro señor, encontrar la lucidez para tomar las mejores decisiones y crecer en fe y en oración.

Que cada paso que demos pueda ser premiado por el Todopoderoso, que nuestras acciones siempre agraden y que a la hora del juicio final podamos reposar llenos de alegría y felicidad.

No permitas que mi alma se canse, no permitas que mi cuerpo se abandone. Que siempre busquemos la santidad de todas las maneras posibles y que nunca caigamos en la cuenta de las veces que hay que intentarlo.

Que tu vida nos recuerde ser cristianos de corazón y de razón. Que busquemos las respuestas en la ciencia y en el amor y la misericordia de Dios. Oh santisimo Alberto Magno, que cada vez que elevemos una oración, puedas interceder por nuestras necesidades

¡San Alberto Magno, ruega por nosotros!

Amén