San Jose de Arimatea

San Jose de Arimatea fue un miembro del Sanedrín en los tiempos de Jesucristo. Era una persona muy importante, un hombre con una influencia grande que era muy popular y al que el pueblo de Jerusalén le tenía mucha estima.

Jose era procedente de Armathajim o Arimatea, una población en Judá, que estaba a 10 km al nordeste de Lydda. Junto al Maestro Nicodemo, San Jose de Arimatea era discípulo de Cristo, sin embargo lo mantenía en secreto por temor a las reacciones de sus compañeros en el Sanedrín.

Se recuerda que Jose de Arimatea pidió a Pilatos el cuerpo de Jesús, luego de que fuera crucificado, usando todas sus influencias en el Sanedrín para obtenerlo, incluso sabiendo que la simpatía con un hombre condenado a muerte podía ser considerada como complicidad, pudiendo ser ajusticiado de la misma manera.

San Jose de Arimatea no tuvo temores en manifestar su amor y simpatía por Cristo, además de ofrecer su tumba familiar para que los restos de Jesús puedan descansar y ser honrados. Luego de estos sucesos, San Jose de Arimatea ya no vuelve a ser nombrado en las Sagradas Escrituras.