SANTA LUCIA DE SIRACUSA

Santoral 13 Diciembre

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Oración a
Santa Lucía

Santa Lucía, virgen de luz,
farol sagrado en la sombra y la cruz.
Tu fe ardiente, firme en la prueba,
brilló en la noche como una estrella.

Tus ojos perdiste, mas viste el Cielo,
con alma pura y amor sincero.
Martirio abrazaste con dulce canto,
corona de gloria, perfume santo.

Ruega por quienes en sombras yacen,
guía a los ciegos que en su fe renacen.
Que tu pureza y tu ardor divino
sean nuestro faro, nuestro camino.

Oh, Santa Lucía, mártir bendita,
danos la gracia, danos tu vista.

Ruega por nosotros, amén.

San Lucia, quién fue ??

Santa Lucía de Siracusa es una de las santas más veneradas en la tradición cristiana. Su vida, llena de fe, sacrificio y milagros, ha inspirado a millones de fieles a lo largo de los siglos. 

Santa Lucía de Siracusa (283-304 d.C.) fue una virgen y mártir cristiana que dedicó su vida a Dios, rechazando el matrimonio y repartiendo su riqueza entre los pobres. Perseguida por su fe, sufrió torturas y murió decapitada. Es patrona de la vista y símbolo de luz y devoción cristiana.

Cada 13 de diciembre, el calendario liturgico y la Iglesia Católica recuerda a la mártir cristiana de Siracusa, martirizada por su fe durante la persecución de Diocleciano.

Venerada en la Iglesia católica, ortodoxa y luterana.

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Santa Lucia «Patrona de los ciegos»

Santa Lucía, una joven cristiana de noble familia, prometió su vida a Dios y rechazó casarse con un pagano. Su prometido, ofendido, la denunció ante las autoridades romanas durante la persecución de Diocleciano (siglo IV).

Santa Lucía fue arrestada y condenada, pero cuando los soldados intentaron moverla, su cuerpo se volvió inexplicablemente pesado, imposibilitando su traslado. A Santa Lucía intentaron quemarla viva, pero las llamas no la consumieron y finalmente, fue ejecutada con una espada en la garganta. Antes de su muerte, le arrancaron los ojos, lo que la convirtió en patrona de la vista.

Su martirio es un símbolo de luz, pureza y fortaleza en la fe cristiana.

Fe, persecución y martirio

Fe Cristiana

Santa Lucía destacó por su caridad y dedicación a los pobres. Distribuyó su herencia entre los necesitados y ayudaba a los cristianos perseguidos por el emperador Diocleciano. Se dice que llevó alimentos a los refugiados en las catacumbas, usando una corona de velas para iluminar su camino.

Santa Lucía consagró y ofreció su vida a Dios desde muy joven, haciendo un voto de castidad. Sin embargo, su madre (que estaba enferma) la comprometió a casarse con un joven que no compartia la creencia cristiana, porque consideraba que su muerte estaba cerca y no quería que su hija pasara por necesidades sociales.

Cuenta la historia que Santa Lucia de Siracusa persuadió a su madre para rezar y hacer una oración como ofrenda a la tumba de Águeda de Catania y para que su enfermedad puede sanar.

Milagrosamente, su madre curó su enfermedad y liberó a su hija del compromiso con el joven pagano. Santa Lucia pudo consagrar su vida a Dios con toda la libertad y además, donó su fortuna a los más necesitados.

Su Persecución

Sin embargo, el joven ofendido acusó a Santa Lucía ante las autoridades cristianas. Eran tiempos del emperador Diocleciano y de persecusiones a los cristianos.

Fue arrestada y las autoridades romanas intentaron forzarla a renunciar a su fe inquebrantable, pero ella se mantuvo firme y fue ordenada a hacer sacrificios a dioses paganos.

Lucia respondió

«El único sacrificio para mi Dios es visitar a lo que han perdido sus esposos, sus padres, a los que viven en angustia y a los que pasan necesidad. Sacrificio es entregarte por completo a Jesucristo».

Su Martirio

El emperador ordenó que Santa Lucia fuese llevada un prostíbulo para que fuer ultrajada, pero su cuerpo milagrosamente se convirtió tan pasado, que los soldados no pudieron moverla. Como no se pudo, Pascasio la sometió a un suplicio con aceite y pez hirviendo.

Antes de su martirio, la santa de Sicilia profetizó su canoninación, su patronazgo en Siracusa y la caida de Diocleciano y Maximiano.

Santa Lucía sufrió diversas torturas antes de su muerte. Según la tradición, le arrancaron los ojos, pero Dios le devolvió la vista. Y finalmente, fue ejecutada con una espada en la garganta el 13 de diciembre del año 304 d.C.

Hay dos relatos que cuentan la muerte de Santa Lucia: uno griego del siglo V y otro latino del siglo VII. Son idénticos, pero cambian su final.

Según el Martiryon Griego, Santa Lucía sufrió la muerte por la decapitación. Por otro lado, para Passio Latina, fue muerta por golpes repetitivos en la espalda.

Santa Lucia fue sepultada en Sicilia, donde se construyó un santuario en su honor, diciendo que consagró su virginidad con el martirio, pues a Dios le agraba su pureza y su santidad.

Patrona de los ciegos

Uno de los relatos más populares sobre Santa Lucía cuenta que le arrancaron los ojos como parte de su tortura. Sin embargo, Dios le restauró la visión, lo que la convirtió en la patrona de los ciegos y de aquellos que padecen enfermedades de los ojos.

Santa Lucía es conocida por interceder en casos de enfermedades de la vista. Muchos fieles han reportado sanaciones milagrosas tras pedir su ayuda. Además, su valentía y resistencia ante el martirio son consideradas un testimonio de fe que sigue inspirando a cristianos de todo el mundo.

Uno de los símbolos de Santa Lucía es un plato con sus ojos, en alusión a la tortura que recibió por los soldados romanos.

El legado de Santa Lucía sigue vigente en la Iglesia Católica y Ortodoxa. Su ejemplo de caridad, fortaleza y fe inquebrantable continúa motivando a millones de creyentes. Su imagen es común en iglesias, catedrales y hogares, donde se le invoca en busca de protección y sanación.

Es conocida como la patrona de la vista, pues su relación con los ojos es explícita en la iconografía de la Edad Media, pues su nombre, en su etimología, hace referencia a la luz.

Una leyenda cuenta que la belleza de los ojos de Santa Lucia era tanta que no permitia descansar a uno de sus pretendientes, por lo que se los arrancó y se los envió.

Otra leyenda, cuenta que durante el jucio ante el Tribunal, Santa Lucía podía ver aun sin ojos. Otro cuento dice que parte de su tortura era que le quitaran los ojos, pero que al quitarle los ojos, otros nacieron en su rostro, más hermosos todavía. 

Por esta razón se le considera patrona de los ciegos

Actos de festividad

Santa Lucía de Siracusa se celebra cada 13 de diciembre y es una de las conmemoraciones más significativas en honor a esta santa. Su día se asocia con la luz, la fe y la esperanza, ya que su nombre significa «luz» en latín.

En Italia, especialmente en Siracusa, su ciudad natal, se realizan procesiones solemnes donde su imagen es llevada en andas por las calles. Miles de fieles asisten a misas en su honor, ofreciendo oraciones y encendiendo velas como símbolo de su legado luminoso.

En Suecia, la festividad de Santa Lucía es una de las más populares. Niñas vestidas de blanco con una corona de velas en la cabeza simbolizan a la santa, iluminando el invierno escandinavo con cánticos y procesiones en escuelas, iglesias y comunidades.

En España y Latinoamérica, la festividad incluye misas especiales, procesiones y actos de caridad en su honor. En algunos lugares, se preparan comidas típicas y se realizan eventos culturales que exaltan la vida y obra de Santa Lucía.

Los devotos de Santa Lucía acuden a iglesias y catedrales para pedir su intercesión, especialmente por la salud de la vista. Encender velas y portar vestimentas blancas son tradiciones recurrentes en su festividad. Además, se organizan actos de beneficencia y ayuda a los más necesitados, en representación de la caridad que practicaba la santa en vida.

La festividad de Santa Lucía sigue siendo un evento de gran importancia en el mundo cristiano, celebrando la luz, la fe y la esperanza.